(www.neomundo.com.ar / Especial Opinión por Dr. Jorge Ortega Traverso, Titular de C.A.DE.R.A.) Con la llegada de los primeros días de calor y la cercanía de los períodos vacacionales, es habitual comenzar con la realización de algún tipo de actividad física que permita dejar atrás el peso ganado durante el invierno.
Así, tanto hombres como mujeres, se lanzan a investigar las propuestas de alta intensidad que les permitan, en poco tiempo, obtener resultados rápidos exponiendo al cuerpo a intensas y desgastantes sesiones de gimnasia al aire libre o en espacios cerrados.
Sin embargo, en muchas ocasiones, no contar con los controles previos adecuados e incluso, no mantener una rutina de ejercicios continua, que le permita al cuerpo predisponerse bien a estas explosiones deportivas, lleva a que los resultados terminen siendo el desencadenante de algunas patologías que se encontraban latentes en el cuerpo y el «deportista» refería como dolencias ocasionales.
MOLESTIAS TIPICAS
Existen ciertas molestias asociadas a las articulaciones, como la artrosis de cadera, hasta ahora relacionada a las personas mayores, que pueden prevenirse e incluso tratarse a edades tempranas evitando, de esta manera, llegar a la necesidad de afrontar una operación de reemplazo.
Esta articulación es clave para el buen desempeño del cuerpo al momento de realizar cualquier movimiento ya que soporta, junto con las rodillas, todo el peso corporal y es la encargada de balancear pequeñas malformaciones genéticas que pudieran desconocerse y que nos predisponen a sufrir posible lesiones del «meniscos de la cadera» (Labrum) o trastornos que pueden acelerar un proceso artrósico.
QUE ES LA ARTROSIS
La artrosis es un desgate de las articulaciones que suele originarse ante el paso del tiempo y su uso excesivo. Y, aunque el deporte es una buena manera de fortalecer las articulaciones también puede desgastarlas, de no realizarse de manera adecuada. Los casos de artrosis tempranas en deportistas son, por lo general, mucho más frecuentes que en personas más sedentarias.
Así, a la hora de practicar deportes en los que las articulaciones tienen una mayor exigencia como el running, fútbol, tenis, rugby, artes marciales, danza, acrobacia aérea e incluso pilates, resulta de vital importancia proteger al máximo las articulaciones mediante el equipamiento adecuado.
Por ejemplo, usar zapatillas que absorban los impactos a la hora de correr es esencial para cuidar rodillas y caderas. Por otro lado es fundamental la correcta ejecución de los diferentes ejercicios. Nunca debemos desplazar la carga ni la tensión del ejercicio a las articulaciones; la correcta colocación y la acción directa de los músculos evitarán un daño innecesario en éstas. Al igual que el descanso, los estiramientos y evitar realizar ejercicios demasiado elaborados si no tenemos un completo control sobre nuestro cuerpo y los movimientos adecuados en cada rutina, también funcionarán en la prevención.
Paralelamente, buscando no poner en riesgo las articulaciones, se recomienda realizar un control médico previo con el fin de detectar posibles malformaciones genéticas que deriven en una lesión al realizar la actividad.
Estudios internacionales demuestran que el 15% de la población posee una mayor predisposición a sufrir lesiones de cadera.
DESPUES DE ENTRENAR
Además, es preciso estar atentos a las dolencias que pudieran presentarse durante el ejercicio o bien una vez finalizado el mismo. Al realizar actividades intensas es normal que, luego, puedan existir dolores musculares y articulares, por un corto período de tiempo. Sin embargo, cuando la molestia se prolonga o bien se repite al reinicia la actividad es momento de hacer una consulta.
Mucha gente podría haber evitado una operación de cadera si hubiese consultado a tiempo.
Realizar deportes es siempre un buen consejo, sin embargo, es necesario estar atentos al momento de intensificar la exigencia con una sobrecarga mecánica sostenida en el tiempo ya que es allí donde pueden surgir las primeras molestias. Las consultas al especialista deben realizarse cuando se detectan dolores en la zona inguinal que puede ir hacia la cara interior de la pierna e incluso extenderse a la cara anterior del muslo. En algunos casos avanzados se irradia hasta la rodilla.